Como tantas veces, fuimos cientos de miles en la calle, con la memoria viva y el corazón lleno de historia. Demostramos, una vez más, que vamos a defender la democracia sin violencia, pero con coraje, sin miedo, pero con absoluta claridad del momento histórico que atraviesa nuestro país.
Lo hacemos con lo que siempre nos sostuvo: con amor. Con profundo amor por esta Patria que tantas veces intentaron arrodillar, y tantas veces supo levantarse. Porque tenemos pueblo, tenemos memoria, tenemos historia y tenemos Patria.
Como dijo Cristina: “Los pueblos, finalmente, siempre vuelven.”
A quienes les molesta la felicidad del pueblo, les decimos: pobre el lugar que les dejará la historia.
Dijimos presente, como trabajadores y trabajadoras judiciales comprometidos con la democracia. Dijimos presente como lo hace el pueblo cada vez que la Patria está en juego.
Porque somos parte del pueblo que lucha, resiste y sueña con una Patria justa. Y cuando la historia nos llama, no dudamos: salimos a la calle y volvemos a luchar.






